viernes, 31 de enero de 2014

La sabina o ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata)



Hemos aprovechado nuestras visitas a la Sierra de Cartagena para fotografiar algunos ejemplares y bosquetes de su árbol señero: la sabina o ciprés de Cartagena, Tetraclinis articulata. Aunque ya habíamos presentado las flores, piñas y semillas con detalle, esta especie es merecedora de más atención por cualquier naturalista que se precie, así que ahí va un muestrario de fotos realizadas durante el mes de enero.

Un solitario Tetraclinis crece entre rocas calizas; aunque indiferente edáfica en el norte de África, en Cartagena predomina sobre suelos básicos y pedregosos. Acostumbrada a este sustrato tan seco y a un medio semiárido, la especie también crece bien sobre suelos forestales acompañando a otras especies arbóreas.

El pino de Alepo, la especie arbórea acompañante de las sabinas de Cartagena en su área de distribución española. Lo normal es que los pinos dominen el paisaje, dejando a las Tetraclinis un papel secundario.

Algunos jóvenes Tetraclinis articulata despuntan en las zonas despejadas del anterior bosque. Aunque aquí vive en sierras litorales relativamente bajas (por debajo de los 500 m de altitud), en África asciende hasta los 1.800 m.

Otro ejemplo de la regeneración de las jóvenes sabinitas en el borde del pinar, junto a palmitos, bufalagas, Calicotome intermedia, etc.


En este caso un pie de Tetraclinis articulata de buen tamaño destaca en mitad del bosque de pinos: el color de su follaje es llamativamente más oscuro que el de los pinos.

Una situación inversa a la anterior: en este caso, son los jóvenes pinos los que crecen a la vera de un rodal de Tetraclinis.


Una joven Tetraclinis articulata, de porte cónico, crece junto a Pinus halepensis, en el Monte de las Cenizas. A medida que ascendemos, sin embargo, los pinos se hacen dominantes y desplazan a las sabinas en las zonas de umbría y mayor altitud.

Vista de la costa, a unos 400 m, desde el anterior monte. En esta localización no aparecen ya sabinas.

Piñas abiertas y vacías.

Ramas con flores femeninas ya fecundadas.

Aspecto de las hojas adultas: éstas se unen dos a dos formando grupos de cuatro (dos de las cuales son planas y anchas, enfrentadas, y las otras dos más estrechas, cierran los bordes). Cada grupo de hojas se une con el siguiente proporcionando a la rama el aspecto articulado al que hace mención el epíteto específico.

Una última vista a un ejemplar que crece también sobre calizas.

Por último, y para no perderse, las consideraciones que cuestionan que Tetraclinis articulata sea una especie autóctona de la Península, en el siguiente enlace, muy interesante y recomendable:

http://www.floraprotegida.es/flora-vulnerable.php/Tetraclinis-articulata-112/
 

martes, 28 de enero de 2014

Por la costa murciana: duna fósil y salinas de Calblanque



Finalizamos estas breves incursiones por el litoral murciano colgando unas fotos de un atardecer por la duna fósil de Calblanque. Fue un paseo muy breve, pero parece obligado dejar testimonio de nuestro paso por lo atractivo que resulta el paraje.

Entrada al parque natural, donde aparecen algún olivo disperso y restos de cultivos tradicionales en las zonas llanas. En las zonas con más pendiente aparecen los matorrales subdesérticos y termomediterráneos que hemos ido presentando en las últimas entradas.

La sabina de Cartagena se ha plantado en determinados lugares, pues nos encontramos en el único enclave de esta especie en el continente europeo (además de algunas islas mediterráneas); ahora se encuentran con los gálbulos abiertos y las semillas liberadas, como presentamos hace poco.

Frutos con distinto grado de maduración de Asparagus albus, un clásico entre los matorrales de la zona.

Salimos del bosquete de pinos y Tetraclinis y nos asomamos a la duna fósil. Al fondo, algunos de los relieves más altos del parque, que no alcanzan los 400 metros de altitud.

Costa de Calblanque desde la duna. Se trata de un cordón discontinuo de calcarenita, donde crecen próximas varias especies de gustos rupícolas con otras sabulícolas. Vemos varios arbustillos como Helichrysum picardii, Thymelaea hirsuta, Cistus clusii, hinojo marino, tomillo sapero, Asteriscus maritimus, etc.

Próximas se encuentran las salinas del Rasall.

Buena parte de la vegetación que rodea las salinas la componen especies halófitas, como almajos, sosas y salicornias, todas ellas de hojas carnosas, pues acumulan el exceso de sales en las mismas. En la imagen, Sarcocornia fruticosa.



Atardece y se levanta viento: aprovechamos para disparar las últimas fotos y retirarnos.

domingo, 26 de enero de 2014

Flora amenazada: la jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis)



No quedaría completa la visita a las Sierras de Cartagena si no trajésemos al blog a la jara cartagenera (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis), una de nuestras especies más amenazadas.

La (sub)especie no sobrevive más que en estas sierras (Monte de las Cenizas y Peña del Águila) y en la Sierra Calderona (Valencia). En el norte de África se encuentra la especie tipo.

Lo de "heterophyllus" viene por la existencia de dos tipos de hojas: las superiores sésiles y pecioladas las inferiores. Tienen forma elíptico-lanceoladas, con el haz de color verde intenso y el envés cubierto de indumento pubescente.

Detalle de las hojas de la jara de Cartagena. Como puede apreciarse, los márgenes son ligeramente revolutos. Las ramas están cubiertos de pelos estrellados y glandulíferos.


Porte de la especie (que alcanza los 90 cm de altura) y aspecto invernal de Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis en su medio. Matorrales termófilos desde los 100 m de altitud hasta aproximadamente los 500.

La especie vive en claros de matorrales de bosques de Pinus halepensis, como refleja la imagen. La acompañan otras especies como el lastón (Brachypodium retusum), Rhamnus lycioides, Pistacia lentiscus, Paronychia suffruticosa, Viola arborescens, etc. También su pariente la estepa blanca (Cistus albidus), con la que parece hibridarse: de hecho, uno de los riesgos de la especie es precisamente éste.

Más detalles sobre la especie y sus riesgos en el siguiente enlace:

http://www.floraprotegida.es/peligro.php/Cistus-heterophyllus-6/

Un ejemplar cultivado (en el Jardín Botánico de Valencia) en flor, en mayo. Los pétalos son rosados con una mancha basal amarilla.

viernes, 24 de enero de 2014

Por la costa murciana: Bolnuevo y la Sierra de las Moreras


 
Comenzamos por las Gredas de Bolnuevo, un paraje espectacular y bastante abandonado (en el peor sentido de la palabra). Formadas principalmente por margas arenosas y areniscas, sus materiales, con distintos grados de cohesión, han sido erosionados por el agua y el viento, dando lugar a las llamativas formas que hoy podemos observar.



Aquí encontramos a otro de los arbustos clásicos de los semidesiertos del sureste: Launaea arborescens, el rascamoños.

Un arbusto endémico de Murcia y Almería: Salsola papillosa, que crece en terrenos salinos y algo nitrificados. En este caso, varios individuos colonizan un terraplén margoso.

Detalle de las hojas de Salsola papillosa.

Otra leñosa de la misma familia que la anterior (quenopodiáceas): la boja negra (Salsola genistoides), posiblemente el menos llamativo y más adusto de todos los arbustos de la flora española.

Seguimos la línea de costa hacia la Sierra de las Moreras: nos sorprende el paisaje, con una gran variedad de sustratos y el buen estado de conservación de este tramo de costa.



Algunos ejemplos de las rocas de la zona, donde predominan margas, calizas y areniscas. También aparecen zonas de rocas volcánicas (nos recuerda, inevitablemente y por muchas razones, al vecino Cabo de Gata).

Romerales con Genista umbellata.


Relieves próximos a la Cueva de los Lobos (supongo que una referencia a las focas monje que debieron habitar la zona hace años).

Siempre que veo algún arbustillo con agallas me acuerdo de Íñigo y le saco alguna foto. En este caso se trata de Artemisia barrelieri, que ocupa extensiones de cierta importancia (un saludo, Íñigo, si es que pasas por aquí). Es otro pequeño arbusto endémico del país.



Terminamos con algunas fotos más del relieve y las rocas de la zona, con algunas rocas sedimentarias: conglomerados, estratos con varios tipos de arcillas y unas areniscas de color rojo.

 

martes, 21 de enero de 2014

Por la costa murciana: La Azohía

Seguimos por la costa de la Región de Murcia, en este caso en La Azohía, situada en uno de los extremos del golfo de Mazarrón. Ascendemos a la Torre de Santa Elena y descendemos después hasta el mar.

Restos de Posidonia oceanica en la playa.

Ascendiendo desde el pueblo a la Torre, hay buenas manchas de matorral. El bayón (Osyris lanceolata) abunda por aquí; ahora, con los frutos maduros.

Lentisco con agallas producidas por el pulgón Aploneura lentisci.

El anterior ejemplar, lleno de estos tumores vegetales.

Centaurea saxicola

La Torre asoma durante el ascenso.

Además del bayón, lentisco, palmitos, ajedreas, Coronilla juncea, albardín, Limonium insigne, etc., fotografiamos una efedra (Ephedra fragilis), a la derecha de la imagen, de tonos glaucos.


Vistas del golfo de Mazarrón.

Una de las especies más abundantes en los acantilados de la zona: el cornical (Periploca laevigata), con el fruto abierto y las semillas a punto de salir.

Vista de los acantilados hacia cabo Tiñoso, con predominio de los cornicales.

Otro arbusto interesante: el espino Rhamnus hispanorum (Rhamnus lycioides subsp. hispanorum), crece pegado a las rocas de los acantilados; posee unas hojas lineares muy características.

Aspecto general y porte de Rhamnus hispanorum.

Euphorbia segetalis

Dejamos atrás los matorrales y comenzamos a recorrer los acantilados pegados al mar.

Sonchus tenerrimus (creo); junto con algún Asteriscus maritimus en flor, son las únicas especies con flores en esta época del invierno.

A medida que descendemos aparecen varias especies de Limonium.

Transición entre matorrales y especies adaptadas a una mayor salinidad en el medio.
 
Una especie sudafricana habitante de los acantilados: Malephora crocea, con algunas flores. Planta invasora, como otras de la familia.

Mesembryanthemum nodiflorum, crece pegado a la costa.

Terminamos con otra especie del mismo género que la anterior: Mesembryanthemum crystallinum; en el siguiente link, consideraciones interesantes de la especie (y de la anterior), pese a tratarse de una especie alóctona. Entre medias (en la foto), una egagrópila de Posidonia.