martes, 26 de marzo de 2013

Los humedales mediterráneos se llenan





Recorremos la Laguna de Valdemanco, un pequeño humedal madrileño localizado en la rampa serrana, a poco más de 1.000 metros de altitud.

Se trata de un depósito que se llena mediante escorrentía superficial y aportes de lluvia (es decir, no existe ningún cauce de agua asociado) y que, como gran parte de los humedales mediterráneos, puede permanecer seco durante buena parte del año.




Ahora, con las lluvias invernales y las de principios de primavera, se encuentra rebosante de agua. Más adelante crecerá y dominará la umbelífera Carum verticillatum, una herbácea perenne que forma un denso herbazal y florece a partir de mayo.





El sustrato granítico circundante acoge un buen matorral de enebros, jaras pringosa y de hoja de laurel, torviscos,  y otros matorrales acidófilos (mejoranas, cantuesos, Cytisus scoparius, Dianthus lusitanus, etc.).

Una vista de los alrededores.





Entre las jaras, fotografiamos a las hojas basales del altramuz Lupinus hispanicus.




No obstante, su principal valor ecológico reside en las poblaciones de anfibios que utilizan este medio para reproducirse: sapos comunes, corredores y de espuelas, tritones pigmeos, gallipatos y ranitas de San Antonio, son las principales especies que se citan.

En la siguiente foto, un macho de la última especie mencionada, sobre un junco.




jueves, 21 de marzo de 2013

Estaciones





Cambio de estación: la lantana (Viburnum lantana) que crece en el jardín enseña sus nuevos brotes. Se trata de un arbusto de apetencias norteñas que en Madrid se deja ver por el Valle del Paular y otras zonas frescas, pero aquí, fuera de su área de distribución, ni siquiera pasa tanto frío como para perder todas sus hojas.




Detalle de las nuevas hojas.




Ha sido un invierno muy bueno. La primavera seguirá igual.


martes, 19 de marzo de 2013

Salix daphnoides (1): en Lérida





Salix daphnoides, un sauce de talla arbórea considerado como una reliquia de épocas glaciares, alcanza contados enclaves del pirineo español, creciendo y prosperando en cauces de alta montaña, comportándose como una especie colonizadora de zonas de gravas.

Visitamos una importante sauceda de esta especie, que se puede encontrar desde los 1.300 hasta los 2.000 metros de altitud, en el Valle de Arán (Lérida); fotografías realizadas a mediados de julio.


Sauceda de Salix daphnoides en Arán.

Una característica de este sauce es la presencia de una capa de pruina (o de cera blanquecina) en las ramas jóvenes, como se muestra a continuación.




Las hojas son largas (pueden alcanzar hasta 10 cm de longitud), de lanceoladas a oblanceoladas, con la parte más ancha localizada en la mitad superior.

Tienen el borde finamente denticulado, con dientes glandulares. Son verdes y lampiñas por el haz y de tono glauco por el envés.




Otras vistas de la sauceda de Salix daphnoides, con ejemplares arbustivos altos y otros arbóreos que pueden alcanzar los 10 metros de altura.




Un pie caído de Salix daphnoides.



Aprovechamos para enseñar algunas especies pirenaicas encontradas en los pastos de los alrededores.

Stachys sylvatica


Sanguisorba officinalis


Sempervivum arachnoideum


Dianthus hyssopifolius


Rhamnus pumila


Stachys recta


Malva moschata


Prunella vulgaris


Prunella grandiflora


Euphorbia cyparissias


Otras poblaciones de Salix daphnoides en Lérida

También se cita Salix daphnoides en otras localidades pirenaicas leridanas; probablemente las más conocidas sean las de Aigüestortes (Vall de Boí), en donde fueron realizadas las siguientes fotografías, también durante el mes de julio.


Salix daphnoides en Aigüestortes: ejemplar arbóreo.


Ramas y hojas.


Hábitat: ribera del río Sant Nicolau.

lunes, 11 de marzo de 2013

En flor a comienzos de marzo



Paseamos la semana pasada entre Hoyo y Torrelodones para ver cómo estaban de avanzados los Ulmus laevis (poco o nada); aprovechamos para disfrutar del tiempo fresco de finales del invierno y de las primeras flores que se atreven a asomar. Encabezando esta entrada, próxima a un talud, Linaria arvensis. Siguiente fotografía con detalle de las flores.




El arroyo baja con mucha agua y acompañando a fresnos (también en flor) y chopos, crece profusamente Veronica cymbalaria.




Vistas del bosque galería.






Alejados del cauce, visitamos la olmeda de Ulmus minor: a diferencia de sus parientes, estos árboles sí se encuentran en flor.






Gracias (como viene siendo) habitual a Miguel DC por el paseo.

Aprovecho (ya que estuvimos hablando de ellas) para poner unas fotos de Mercurialis ambigua (primera foto, realizada durante este mismo paseo) y de Mercurialis annua (las dos siguientes fotografías), fotografiada esa misma mañana en el jardín de casa. Esta segunda especie, a punto de abrir las flores.







lunes, 4 de marzo de 2013

Un gigante entre nuestros helechos: Culcita macrocarpa





Recorremos un canuto gaditano para fotografiar al helecho de colchoneros (Culcita macrocarpa), un gigante cuyas hojas pueden superar los tres metros de altura que se distribuye por el norte de España (desde La Coruña a Vizcaya), los archipiélagos macaronésicos y algunos arroyos de Los Alcornocales.

Las frondes, cuya lámina presenta una forma más o menos triangular, asoman entre los avellanillos (Frangula alnus subsp. baetica) cercanos a una aliseda.




Los primeros ejemplares que encontramos, no obstante, presentan una talla discreta (no alcanzan el metro de altura), como los de la siguiente imagen (a la izquierda, Osmunda regalis).




Ejemplares de gran talla, en los que destaca el largo peciolo, cuya longitud es similar a la de la lámina.




Más ejemplares de Culcita macrocarpa con jóvenes avellanillos.




Detalle de una lámina bien desarrollada: mide -aproximadamente- lo mismo de largo que de ancho y es hasta cinco veces pinnada.




Vista del haz, donde se aprecia el color verde oscuro, la naturaleza brillante y coriácea de la hoja, así como los segmentos finales de la misma.




Detalle del rizoma, en el que puede observarse que se encuentra cubierto de unos pelos rojizos que son característicos de la especie.





Vista del envés de la hoja, de tono más claro que el haz. En los segmentos de último orden se aprecian los soros, que contienen los esporangios; se encuentran protegidos por una cubierta denominada indusio, de forma reniforme.




Detalle de los anteriores. Fotografías realizadas durante el mes de julio.




Culcita macrocarpa exige unas condiciones muy estrictas para prosperar: ambiente de penumbra permanente con humedad elevada (tanto en el suelo como en el ambiente) y escasas variaciones de temperatura a lo largo del año.

El recorrido hasta llegar a estos helechos gigantes aporta más sorpresas, como es el escobón Teline tribracteolata; se encuentra más alejado del cauce del arroyo que los helechos.




Vista del hábitat de la especie en Los Alcornocales.