lunes, 26 de septiembre de 2011

Adiós verano

Por méritos propios, el insecto más genuinamente veraniego para despedir la estación.

Las moscas, acompañantes de nuestra especie a lo largo del planeta, vectores de gérmenes y enfermedades, contribuyen a la contaminación de nuestros alimentos a través del proceso que emplean para alimentarse. Una vez posadas sobre la comida, a través de su probóscide regurgitan una gota de líquido viscoso que va provisto de enzimas para disolver el alimento, el cual será ingerido a continuación, tras su disolución parcial. Parte de la comida realizada con antelación puede ser devuelta al producirse la regurgitación, lo que supone la incorporación de microorganismos a la nueva fuente de alimentos.



Por otro lado, también presentan algunas facetas positivas, como su contribución al reciclaje de de la materia orgánica en descomposición (especialmente sus larvas) y a la polinización de las flores que realizan los adultos de muchas especies de dípteros.

Muy sensibles al frío, con la llegada del otoño y la progresiva bajada de temperaturas muchos adultos morirán, sobreviviendo al invierno únicamente las que consigan guarecerse en estancias más o menos abrigadas.

Ha sido un buen verano. A mi me gusta cualquiera de las otras tres estaciones más que el verano, pero ya lo estoy echando de menos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los avellanos (Corylus avellana & C. hispanica)

Paseando por la campiña de Santillana del Mar (Cantabria), a menos de 100 metros de altitud, entre los setos que acompañan a prados y restos de bosquetes atlánticos, encontramos varios pies (¿cultivados?) correspondientes a las dos especies de avellanos que se reconocen ahora para nuestro país: el tradicional Corylus avellana y el más recientemente nombrado Corylus hispanica.

Corylus hispanica

Ahora, a comienzos de agosto, tienen ya los frutos completamente formados (aunque todavía sin madurar), y se aprecia la principal diferencia que existe entre ambos: además de ser sensiblemente mayores los frutos de C. hispanica que los de C. avellana, en la primera especie las brácteas que rodean al fruto forman un involucro de mayor longitud que éste, sobrepasándolo ampliamente; en C. avellana, sin embargo, el involucro es casi de la misma longitud que el fruto.

Corylus avellana

Enlaces con fotos de ambas especies procedentes del blog Flora Europaea: C. avellana y C. hispanica.

Otro ejemplar de Corylus hispanica.

Los avellanos crecen acompañando a otras especies típicas de los setos del norte, como fresnos, cerezos, sauces (Salix caprea), varias especies de compuestas (Centaurea, Pulicaria, etc.), labiadas (Prunella), el helecho Blechnum spicant, o la ericácea Daboecia cantabrica (ahora en flor).

Daboecia cantabrica

También se encuentra en flor el eupatorio (Eupatorium cannabinum), otra compuesta que crece en lugares sombreados o cercanos al agua, que puede alcanzar los dos metros de altura.

Eupatorium cannabinum 

Hábitat: setos dentro del paisaje vegetal cantábrico clásico: con prados, restos de bosques autóctonos y cultivos de eucaliptos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

De Francia a España por Bujaruelo

Desde Gavarnie (Francia) hasta el Puerto de Bujaruelo (Huesca, a unos 2.300 metros de altitud), para descender hasta los 1.700 metros. Reseñamos algunas especies que llaman nuestra atención en dicho recorrido a finales de julio.

Rubus saxatilis

Todavía en territorio francés, y antes de acceder al circo de Gavarnie, encontramos a Rubus saxatilis, una zarzamora propia de bosques húmedos, que aquí encontramos dentro del hayedo-abetal. Se trata de la única especie ibérica (pues también se encuentra en España) del género Rubus de consistencia herbácea (las demás son claramente leñosas), que ya tiene los frutos formados.

Porte de Rubus saxatilis.

En la zona alta del puerto, a 2.300 metros de altura, sobre pedregales fijados al terreno se encuentran en flor varias especies: la labiada Scutellaria alpina o la escrofulariácea Linaria alpina, aunque esta segunda también se adapta bien a las fisuras entre las rocas o a los terrenos poco estabilizados.

Scutellaria alpina 

Linaria alpina

Descendiendo por el camino, en el borde de éste, vemos en flor a una árnica, el Senecio pyrenaicus subsp. pyrenaicus, de hojas más o menos carnosas. Una bufalaga leñosa, de baja altura (hasta 30 centímetros), la Thymelaea tinctoria subsp. nivalis, se agarra a las rocas calizas en los terrenos más consolidados.

Senecio pyrenaicus 

Thymelaea nivalis

Entre las rocas calizas de la glera, asoma el endemismo pirenaico Borderea pyrenaica, que ahora presenta flores y algún fruto. Pese a su frágil aspecto, se engrosa en la base del tallo, formando bajo las piedras una especie de tubérculo grueso y añoso del que salen las ramas.

Borderea pyrenaica

Entre las especies arbustivas presentes por la zona vemos algunas ramnáceas (Rhamnus alpina y Rh. pumila), arandaneras de Vaccinium uliginosum, mostajos, pinos negros y varios sauces rastreros: Salix pyrenaica, S. retusa y S. reticulata (este último más raro).

 Salix retusa

Salix reticulata

Por último, sobre los 1.700 metros, encontramos un mostajo arbustivo entre el sotobosque de Pinus uncinata; pensamos que puede tratarse de otro Sorbus sudetica por las razones ya explicadas, aunque nos marchamos a casa con la duda.

Posible ejemplar de Sorbus sudetica (con dudas...).

Hábitat: Un toro pirenaico y unas vacas pardo alpinas descansan en la zona de pastos que aparece tras dejar atrás las gleras y rocas calizas del puerto de Bujaruelo.

martes, 13 de septiembre de 2011

La mariposa monarca y sus plantas nutricias

La mariposa monarca, el insecto migrador mejor viajero del mundo, cuenta con algunas poblaciones en nuestro país, tanto en Canarias como en la Península. Desde su lugar de origen, el continente americano, es capaz de atravesar el Atlántico en cuatro días si los vientos son favorables.

Mariposa monarca (Danaus plexippus).

Las citas de monarcas se suceden en diferentes puntos del mundo, desde las islas del Pacífico, Australia, Indonesia o Europa (Portugal, Francia, la Macaronesia, los países ribereños mediterráneos e incluso las Islas Británicas). Sin embargo, no en todos los lugares a los que llegan los adultos pueden formar colonias estables. Además de las condiciones climáticas que puedan encontrar en sus lugares de arribada, existe un factor determinante para que puedan asentarse: la presencia de las plantas nutricias de las que se alimentan sus larvas.

Asclepias curassavica

Estas plantas pertenecen a la familia de las asclepiadáceas, y aunque algunas especies autóctonas (tanto de la Península como de Canarias) pertenecen a la misma, en la región del Estrecho-Los Alcornocales (Cádiz), es la presencia de dos arbustos foráneos la que mantiene a las poblaciones de mariposas.

Frutos, flores y porte del algodoncillo.

Se trata -además- de dos especies invasoras, la flor de sangre o algodoncillo (Asclepias curassavica) y el árbol de la seda (Gomphocarpus fruticosus). Las fotos, tanto de los insectos como de las plantas, fueron realizadas en Tarifa, Algeciras y Los Barrios.

Un imago de monarca alimentándose sobre una de sus plantas nutricias.

Asclepias curassavica es una especie procedente de América que se ha extendido por gran parte del mundo; en España cuenta con poblaciones dispersas por el litoral mediterráneo, Cádiz y Canarias. La hemos encontrado asociada a arroyos, cauces y caminos rurales. Se trata de una especie muy friolera que no se aleja de las zonas costeras.

Puesta de monarca.

Se puede encontrar en flor casi todo el año, sirviendo sus flores de alimento a los adultos de monarca. Las hembras realizan las puestas en el envés de las hojas, pudiéndose encontrar larvas a partir de junio.

Larva de Danaus plexippus.

El fruto se forma a partir de julio; las larvas son voraces consumidoras tanto de hojas como de frutos. Una vez maduros, los frutos se abren y dejan al descubierto sus semillas, que disponen en un extremo de un penacho de pelos que les servirá para dispersarse con el viento.

Fruto abierto de Asclepias curassavica.

La segunda especie, el árbol de la seda o Gomphocarpus fruticosus, procede de África del Sur y ya cuenta con poblaciones asilvestradas en muchas zonas litorales del país, desde Gerona hasta Huelva, así como en los dos archipiélagos.

Árbol de la seda en un bujeo gaditano, acompañado por zarzamoras y acebuches.

Florece, asimismo, durante gran parte del año, aunque más abundantemente a partir de junio; en julio ya se encuentran los frutos formados (aunque sin madurar). Éstos son unos folículos inflados muy característicos, cubiertos por unos llamativos apéndices blandos que los hacen inconfundibles.

Gomphocarpus fruticosus en invierno.

En invierno se pueden encontrar (ya maduros y más desinflados) sobre las propias plantas. En esta estación, aunque alguna de sus especies nutricias no se encuentren en flor, hemos visto a las monarca libando sobre los azuzones (Senecio aquaticus) o las vinagretas (género Oxalis, también especie invasora), como muestra la última fotografía.

Una monarca activa en enero.

domingo, 11 de septiembre de 2011

La centaura bastarda (Cheirolophus sempervirens)

Distribuida por la fachada atlántica ibérica, de Galicia a Cádiz (además de otras cuantas localidades malagueñas), la centaura bastarda (Cheirolophus sempervirens) es un arbusto de, aproximadamente, un metro de altura, que hemos encontrado a mediados de julio en flor en el interior de un canuto gaditano cerca de Algeciras, dentro del parque natural de Los Alcornocales.

Cheirolophus sempervirens

Es una especie poco frecuente, que en ocasiones se ignora al presentar la flora mayor de este espacio natural, por lo que aprovechamos para fotografiarla y presentarla en el blog. Posee hojas glandulosas, lanceoladas, algo denticuladas y a veces con dos apéndices estipulares en la base. Inflorescencias en capítuos solitarios, con flores de color rosa. El involucro está formado por brácteas con 7-11 fimbrias, glabras.

Detalle de la inflorescencia de Cheirolophus sempervirens.

Frangula alnus subsp. baetica

Se trata de una compuesta nemoral, es decir, que crece en el interior del bosque; en esta ocasión la hemos encontrados a pocos metros del cauce del río, acompañada por sauces (Salix pedicellata), durillos, acebos, ojaranzos (Rhododendron baeticum), avellanillos (Frangula alnus subsp. baetica), labiérnagos (Phillyrea latifolia), así como por otras especies del sotobosque del quejigar moruno, como Cytisus villosus y otras leguminosas arbustivas.

Salix pedicellata 

Hábitat: acompañando a ojaranzos (en primer término) y otras especies de los canutos gaditanos.

En el momento de la visita los caballitos del diablo Calopteryx haemorrhoidalis se encuentran, muy abundantes, por toda la ruta, aunque se muestran muy desconfiados y cuesta encontrar alguno que permita acercarse lo suficiente para sacarle un primer plano.


Calopteryx haemorrhoidalis.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Austerlitz


Especialmente inolvidable, sin embargo, me ha resultado siempre lo que Alphonso nos contó entonces sobre la vida y la muerte de las polillas, y todavía hoy profeso a esas criaturas, entre todas, el mayor respeto. En los meses más cálidos ocurre no pocas veces que alguno de esos insectos voladores nocturnos se extravíe en mi casa, viniendo del trozo de jardín que hay detrás de ella. Cuando me levanto a la mañana temprano, lo veo todavía inmóvil en algún lugar de la pared. Saben, creo yo, dijo Austerlitz, que han equivocado su camino, porque, si no se los pone otra vez fuera cuidadosamente, se mantienen inmóviles, hasta que han exhalado el último aliento, efectivamente, se quedan, sujetos por sus garras diminutas, rígidas por el espasmo de la muerte, aferrados al lugar de su desgracia hasta después de acabar su vida, hasta que un soplo de aire los suelta y los echa a un rincón polvoriento. A veces, al ver una de esas polillas que mueren en mi casa, me pregunto qué clase de miedo y de dolor sienten sin duda en el momento en que se extravían.



(W. G. Sebald)

(Traducción: Miguel Sáenz)

Lasiocampa quercus sobre Hypericum androsaemum.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Flora amenazada: Hibiscus palustris

Entre todas las plantas que aparecen en los carrizales del norte destaca por su rareza Hibiscus palustris, un hemicriptófito perenne que, como indica su nombre específico, crece en humedales y zonas pantanosas de gran parte de las regiones frías y templadas del hemisferio norte.

Hibiscus palustris

Su presencia en España, sin embargo, sólo ha podido confirmarse hasta el momento en dos localidades cantábricas, una cántabra (Galizano) y otra guipuzcoana (Zarautz), por lo que se trata de una de las especies más amenazadas del país. Las fotos fueron realizadas en la primera población, a principios de agosto. En los enlaces, los detalles de ambas zonas.

Las flores nacen de largos pedúnculos en las axilas de las hojas superiores.

Aunque en las fechas indicadas hay pocos ejemplares en flor, en todos los individuos ya se puede observar el epicáliz (envuelta que rodea al cáliz) característico de estas malváceas, formado por hasta 15 piezas de forma linear-lanceolada. Los pocos ejemplares que se hayan en flor, se detectan a lo lejos, entre los carrizos y las espadañas, inaccesibles, con sus grandes pétalos de color rosa.

Ejemplares en flor entre carrizos y espadañas.

Aunque parte de la flora de este espacio ya fue presentada con anterioridad, también llama la atención la presencia de un arbusto asilvestrado (procedente de la coste este de Estados Unidos), empleado como especie ornamental en zonas costeras por su tolerancia a la salinidad, que coloniza con agresividad marismas y otros humedales costeros como el que nos ocupa. Como se aprecia en la última fotografía, en los carrizales de la playa de Galizano ya forma importantes poblaciones, con ejemplares que superan los dos metros de altura; desgraciadamente, la tendencia de esta especie es claramente expansiva, por lo que se hace necesaria su erradicación si se quiere preservar a la flora amenazada.

 Baccharis halimifolia

Hábitat: en primer término, el carrizal; más atrás se aprecia una pujante población de Baccharis halimifolia y -al fondo- una aliseda con sauces.