viernes, 31 de diciembre de 2010

La identificación de los tarays: el género Tamarix en España (2)

Las especies del género Tamarix comparten una serie de características comunes, como la presencia de hojas más o menos triangulares y escuamiformes (excepto en T. aphylla), pequeñas y sésiles, así como de numerosos racimos durante la época de floración, que las hacen inconfundibles frente a otros géneros.

Tamarix ramosissima
Racimos de flores y hojas características del género.

La cosa se complica cuando se trata de determinar a qué especie pertenece un ejemplar concreto, pues es necesario que el individuo se encuentren en flor (todos los criterios que permiten diferenciar unas especies de otras con seguridad están relacionados de un modo u otro con la presencia de inflorescencias y de flores) y las flores no están presentes durante todo el año; además, cuando están, su reducido tamaño hace que su estudio no resulte ni cómodo ni sencillo.

A continuación de detallan los principales caracteres que hay que tener en cuenta para poder determinar con exactitud las especies:

Anchura de los racimos

Se distingue entre especies con racimos florales que nacen de las ramas viejas y leñosas, de gran grosor (anchura igual o mayor a 8 milímetros), frente a especies de racimos que nacen en las ramas jóvenes (del año), estrechos (anchura igual o menor a 5 milímetros).

Tamarix africana
Presenta racimos gruesos que crecen sobre las ramas leñosas. 

En el primer grupo se encontrarían Tamarix boveana, T. dalmatica, T. chinensis y T. africana; el resto de especies corresponderían al segundo grupo.

Número, tamaño y forma de pétalos (y sépalos)

Las especies españolas pueden tener cuatro (Tamarix parviflora, T. boveana y T. dalmatica) o cinco pétalos (resto de especies). Excepcionalmente Tamarix dalmatica (y alguna otra especie) puede presentar flores con cuatro y cinco pétalos en un mismo racimo.

Tamarix parviflora
Especie cuyas flores tienen cuatro pétalos. 

Las especies de racimos anchos lo son por tener las flores de mayor tamaño; en estas especies, obviamente, los pétalos también son más grandes (hasta 3 milímetros en algunos casos) que en las especies de racimos estrechos (siempre menores a 2 milímetros).

Ciertas especies presentan pétalos (por ejemplo, ungiculados –acabados en una larga uña- en el caso de Tamarix boveana) o sépalos (triangulares u obtusos) con formas características, que sirven para distinguirlas.

Tamarix gallica
Especie de racimos estrechos que crecen sobre las ramas del año y con cinco pétalos (y sépalos). 

Longitud y forma de las brácteas florales


En algunas especies las brácteas que acompañan a las flores superan en longitud al cáliz (caso de Tamarix boveana y T. canariensis), frente a especies con brácteas menores. Asimismo, la forma de la bráctea (triangular o acabada en una punta larga) también tiene interés taxonómico.

Tamarix boveana
Las brácteas que acompañan a las flores superan ampliamente la longitud de pedicelos y cálices.

Ovario y disco estaminal de Tamarix mascatensis.
Por comparación con las pinzas se aprecia el pequeño tamaño de las estructuras florales de esta especie.

Inserción de los estambres en el disco nectarífero


El disco estaminal o nectarífero es una estructura presente en cada flor, más o menos carnosa y redondeada, dividida en cuatro o cinco lóbulos, que se encuentra bajo el ovario de las flores; sobre el disco se insertan los cuatro o cinco estambres de la propia flor. Aunque difícil de estudiar y manejar por el pequeño tamaño que tiene, el tipo de inserción de los estambres en el disco nectarífero supone un criterio clasificatorio clave para distinguir las especies de Tamarix con seguridad, por lo que si se quiere determinar una especie de forma seria y rigurosa, su estudio resulta obligatorio.

Pueden encontrarse tres configuraciones distintas del disco, con las siguientes denominaciones:

Disco hololófico:
En este caso el disco nectarífero se encuentra dividido en cinco lóbulos y los estambres se insertan por debajo del mismo (en las otras dos configuraciones se insertan directamente sobre los lóbulos del disco). Este disco lo presentan Tamarix chinensis y T. ramosissima.
  
Tamarix chinensis
Disco hololófico, insertándose los estambres bajo el disco. 

Disco paralófico:
Los filamentos de los estambres se insertan directamente y de manera bien diferenciada sobre los lóbulos, de forma que se aprecia bien la separación entre estambres y lóbulos (los filamentos simulan “partir” a los lóbulos). Disco paralófico tienen Tamarix dalmatica  y T. mascatensis.
  
Tamarix dalmatica
Disco paralófico: los estambres se insertan en los lóbulos, diferenciándose bien de éstos. 

Disco sinlófico:
También los filamentos de los estambres se insertan directamente sobre los lóbulos del disco, como en el disco paralófico, pero a diferencia de éste, los filamentos están ensanchados en su base, por lo que entre disco y filamento parece existir continuidad (los estambres no aparentan incrustarse en los lóbulos, sino que simulan ser la continuación de los mismos). Es el disco más extendido entre nuestros tarays, pues se encuentra en Tamarix africana, T. parviflora, T. gallica, T. canariensis y T. boveana.
  
Tamarix africana
Disco sinlófico: existe continuidad entre los filamentos estaminales y los lóbulos del disco. 

 Tamarix africana
Detalle de la inserción de un estambre sobre un lóbulo del disco.

Otros aspectos a tener en cuenta


Presencia de papilas en el raquis de la inflorescencia, dentición de los bordes de los sépalos, color de ramas y corteza, etc.
  
Tamarix boveana
Otro ejemplo de disco sinlófico. 

Tamarix canariensis
Con disco sinlófico; debido a su menor tamaño, mucho más dificil de manejar que otras especies con flores mayores.

En próximas entradas se presentarán y trataran separadamente las especies de tarays, detallando en cada una de ellas cuáles son sus características distintivas, así como otra información relevante de las mismas (época de floración, distribución general en el país, etc.).

martes, 28 de diciembre de 2010

Flora amenazada: Teline tribracteolata

El invierno es la época de floración del escobón gaditano (Teline tribracteolata, especie que a veces aparece citada como Cytisus tribracteolatus), un endemismo de Los Alcornocales (Cádiz-Málaga).

Teline tribracteolata

Se trata de un arbusto que puede encontrarse sobre las areniscas (o los suelos provenientes de su descomposición) del citado Parque Natural. Aunque habitualmente postrado y de menor talla, en algunas sierras se encuentran individuos que excepcionalmente alcanzan el metro y medio de altura. Vive entre los 500 y 1.000 metros de altitud en ambiente de alcornocal y sus matorrales acompañantes.

T. tribracteolata creciendo sobre areniscas.

Presenta ramas y hojas opuestas (o subopuestas, en ambos casos), siendo las hojas trifoliadas y sin peciolo; los folíolos son elípticos y con un peciólulo de 1-2 milímetros, muy característico. Las flores aparecen en la parte superior de los tallos en parejas (geminadas) o en grupos de tres, proporcionando aspecto de verticilastro a la inflorescencia.

El rasgo más característico de la especie, no obstante, es la presencia en el pedicelo de la flor, junto al labio inferior del cáliz, de tres bractéolas seríceas (de aspecto sedoso), de forma elíptica, que son las que proporcionan el nombre específico a la especie.

 Bractéolas en la parte superior de los pedicelos, junto a los los cálices.

 Hojas trifoliadas (con los folíolos cortamente peciolulados) de T. tribracteolata.

Legumbres glabras de T. tribracteolata.

 Aunque el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Española limita su distribución a cuatro poblaciones (y un número bajísimo de individuos), lo hemos encontrado también en otros términos municipales gaditanos como Castellar, San Roque o Algeciras.

Erica australis 

Glandora prostrata

Entre las especies acompañantes, aparte de los alcornoques (Quercus suber), destacan los mirtos (Myrtus communis), torviscos (Daphne gnidium), labiérnagos (Phillyrea angustifolia), Glandora (Lithodora) prostrata, Erica australis, Ulex borgiae, Polygala microphylla (estas cuatro últimas también en flor en la misma época), Halimium alyssoides, palmitos (Chamaerops humilis), varias genistas (Genista triacanthosG. tridens) y otras leguminosas arbustivas (Stauracanthus genistoides, Calicotome villosa, etc.).

Atardecer invernal en los bosques de alcornoques y matorrales acidófilos.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Tarayales: el género Tamarix en España (1)

Los tarays (género Tamarix) son arbustos altos o árboles bien representados en la España seca por estar asociados a climas áridos y semiáridos, así como a condiciones de humedad en el suelo; presentan, asimismo, una buena adaptación a la presencia de sales en los suelos (variable según especies).

Restos de tarayales en La Mancha.

Forman parte de la vegetación ribereña, acompañando a otras especies formadoras de bosques galería, y de las bandas de vegetación que se forman en humedales, marismas o saladares, si bien en medios salobres no soportan encharcamientos prolongados y son sustituidos por quenopodiáceas (géneros Arthrocnemum, Sarcocornia, Salicornia, etc.) si éstos se prolongan.

Puede hablarse de nueve especies bien reconocidas en el país:

T. boveana
T. dalmatica
T. africana
T. gallica
T. canariensis
T. mascatensis
T. chinensis
T. ramosissima
T. parviflora

Las tres últimas no autóctonas, pero muy empleadas en jardinería y asilvestradas con frecuencia. También se ha cultivado T. aphylla en Almería y norte de África, aunque resulta mucho más escasa que las anteriores. Por último, citar el descubrimiento reciente de T. arborea cultivada en Barcelona (y, con gran probabilidad, en otros puntos del país).

La resistencia a la salinidad del suelo, como se ha mencionado, varía según especies; en general, T. africana y T. gallica son menos resistentes que T. boveana, T. dalmatica o T. canariensis. Aunque en próximas entradas se repasarán las nueve especies citadas, en el presente post se muestran algunos ejemplos de tarayales, representativos tanto de especies asociadas a aguas dulces, como de especies adaptadas a aguas salobres o medios salinos.

Río Sangrera (Toledo)


Ejemplo de tarayal ripario de T. africana acompañado por fresnos, sauces (Salix salviifolia), tamujos (Flueggea tinctoria), en ambiente de encinar.

Río Jarama (Madrid)


Otro tarayal de T. africana formando parte del bosque galería, junto con Populus alba, P. nigra, restos de olmedas (Ulmus minor), Crataegus monogynaSalix alba.

Ciempozuelos (Madrid), cerca de las Salinas


Presencia del interesante T. mascatensis y otras especies del género en el arroyo que cruza estos cerros yesosos, con Lepidium subulatum, Herniaria fruticosa, Launaea resedifolia, etc.

Humedales de Villacañas (Toledo)


Bosquetes de T. canariensis junto con Suaeda vera, Sarcocornia perennis, Gypsophila tomentosa, etc.

Desierto de Tabernas (Almería)


Con T. canariensis, aunque también presente por la zona T. boveana (siempre más escaso que la primera); en la Rambla de Tabernas, con Inula crithmoides, Salsola oppositifolia, S. papillosa y otras.

Aranjuez (Madrid)


Aspecto de los tarays (T. africana) creciendo entre los carrizos (Phragmites australis), antes de comenzar la floración. En Aranjuez (cerca de El Regajal), se citan cinco de las seis especies autóctonas españolas; además de la mencionada T. africana, T. gallica, T. canariensis, T.mascatensis y T. boveana.

 Heliotaurus ruficollis visitando las inflorescencias de Tamarix africana.

Otro tenebriónido (Omophlus lepturoides) cubierto del polen de la anterior especie.

Por último, destacar la importancia de los tarayales para la fauna, tanto para los cuantiosos invertebrados que los visitan durante la floración, como para los vertebrados que los emplean como lugar de refugio, descanso o nidificación.

Ejemplar de murciélago (Pipistrellus pipistrellus) sobre Tamarix canariensis (antes de florecer). 

Un martinete (Nycticorax nycticorax) descansa en un tarayal.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La floración invernal del ojaranzo (Rhododendron baeticum)

Una de las especies arbustivas más características de Los Alcornocales (en el extremo sur de la Península) es el rododendro u ojaranzo (Rhododendron baeticum o Rh. ponticum subsp. baeticum); se trata de un arbusto alto que puede alcanzar los cinco metros de altura que crece en los bosques de ribera de las cabeceras de los arroyos que descienden desde las sierras del Campo de Gibraltar.

Rhododendron baeticum: porte.

Un ejemplar creciendo en medio de la aliseda.

Se trata de unos medios muy particulares, donde las condiciones de alta humedad (y temperaturas suaves) se mantienen constantes a lo largo del año gracias a las precipitaciones y a los vientos que, desde la costa, aportan humedad a la zona en forma de nieblas, permitiendo el desarrollo de una vegetación muy característica.

Además del ojaranzo, destaca la presencia de especies de hoja caduca como el aliso (Alnus glutinosa) o el avellanillo (Frangula alnus subsp. baetica), especies de hoja perenne y lauroide como Phillyrea latifolia o Viburnum tinus, ruscos (Ruscus hypophyllum y R. aculeatus), o varias especies de helechos (Psilotum nudum, Christella dentata, Culcita macrocarpa, etc.).

Aspecto invernal de aliseda con ojaranzos, avellanillos, brezos, etc.

Los ojaranzos tienen hojas largas, alternas, lanceoladas y perennes, también de aspecto lauroide; en primavera presentan su floración más conocida, en la que grandes flores (de 4-6 centímetro de diámetro), bien pediceladas, aparecen reunidas al final de las ramas. Los frutos son secos, de tipo cápsula.

Hojas y frutos en cápsula.

Un rasgo fenológico poco conocido de esta especie es que en pleno invierno, con los alisos sin hojas y los avellanillos casi sin ellas (y de tonos amarillentos las que quedan), presenta una segunda (o primera, según se mire) floración; las fotos que acompañan la entrada fueron realizadas a comienzos del mes de enero, época en la que comenzaban a abrirse las primeras flores invernales.

 Comienzo de la floración invernal cerca de Los Barrios (Cádiz).

Floración completa de Rhododendron baeticum.

Bosque de quejigos morunos (Quercus canariensis).

Las condiciones de humedad y umbría descritas para estos medios, pueden extenderse fuera del ámbito del bosque de galería, en determinadas condiciones topográficas, como sucede en algunos barrancos o vaguadas de la comarca; en estos casos, sobre suelos frescos y bien drenados, procedentes en este caso de la descomposición de las areniscas circundantes, crece otra especie señera de la zona: el quejigo moruno (Quercus canariensis), un roble de hoja marcescente más exigente en humedad que el propio alcornoque, que se identifica con facilidad por presentar hojas grandes (entre 5 y 20 cm), de borde crenado o subdentado y muchos nervios (de 6 hasta casi 20): esto junto con el tipo de borde, le confieren aspecto muy característico, recordando a la hoja del castaño.

En el envés de las hojas aparece un tomento también exclusivo de la especie, constituido por pelos fasciculados y estipitados, al principio de tonos ferruginosos, que se acaba desprendiendo en forma de copos.

Q. canariensis, donde se aprecia el denso tomento que crece sobre el envés de las hojas.

Hoja marcescente de Quercus canariensis.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Sideritis ovata

Sideritis ovata acompañada de varias especies pratenses.

Planta perenne, hasta 40 centímetros, que emite estolones. Hojas inferiores largamente pecioladas, con limbo elíptico, lobulado y peloso (como casi toda la planta), con el ápice redondeado y acorazonadas en la base. Inflorescencia con flores apretadas y brácteas también pelosas, con cinco dientes a cada lado.

Ejemplar creciendo sobre una grieta en las rocas calizas.

Fotografiada en el mes de agosto en el Alto Asón (Cantabria), a unos 700 metros de altitud.

 Hojas inferiores.

Detalle de las brácteas y hojas superiores

Inflorescencia de Sideritis ovata.

Crece en suelos calizos, sobre la misma roca, en hendiduras, o en los prados o matorrales de sustitución de diversos tipos de bosques. Le acompañaban Stachys officinalis, Helianthemum nummularium, así como diversas gramíneas y otras especies pratenses.

Hábitat en las sierras cántabras. Al fondo, el mar Cantábrico.

Especie endémica del norte de España (Cantabria, Vizcaya, Álava y Burgos).

domingo, 5 de diciembre de 2010

Diplotaxis harra subsp. lagascana

11/11/2010: Los Castaños (Almería)

Aunque en la Península Ibérica la familia de las crucíferas se compone fundamentalmente de especies herbáceas, existen algunos géneros de plantas leñosas (Boleum, Euzomodendron o Vella) o semileñosas (al menos algunas de sus especies: Hormatophylla, Iberis, Lepidium, etc.).

Diplotaxis harra subsp. lagascana

Entre las que pueden lignificarse en la parte inferior del tallo figura Diplotaxis harra subsp. lagascana. La especie fue fotografiada sobre los suelos yesosos de Los Castaños (Almería) y se distribuye por esta provincia, Alicante, Murcia, Granada y Albacete, donde prospera desde el nivel del mar hasta los 1.000 m.

En este caso, crece abundantemente en los barrancos de la zona, y en noviembre se encuentran en flor prácticamente todos los pies.

Hábitat: varios individuos crecen en los barrancos gipsícolas.

Otra vista de Diplotaxis harra subsp. lagascana.

Se trata de una especie cuyas hojas adoptan formas variables, de pinnatífidas (en la base), a casi lineares (en la parte superior del tallo), variando, asimismo, la pilosidad de las mismas.

Hojas caulinares

Las flores se reúnen en racimos largos, y los frutos son silicuas péndulas alargadas de casi cuatro centímetros de longitud.

 Floración de Diplotaxis harra subsp. lagascana.

Frutos y hojas

En la zona de Los Castaños-Sorbas, crece con otras especies gipsófilas (las que crecen sobre terrenos yesosos), entre las que destacan Moricandia arvensis (especie no necesariamente asociada a terrenos con yeso), Ononis tridentata, Launaea resedifolia (L. fragilis) -estas tres últimas también en flor-, Gypsophila struthium, etc., así como otras especies de zonas semiáridas y ramblas (Thymelaea hirsuta, Neriun oleander, etc.).

Moricandia arvensis 

Ononis tridentata 

Launaea resedifolia 

Por último, destacar la presencia de Helianthemum alypoides, un arbusto exclusivo de esta zona, de casi un metro de altura y flores amarillas que florece durante parte del invierno y la primavera.

 Helianthemum alypoides

Porte de Gypsophila struthium.